La manteca de karité es usa tradicionalmente como aceite para cocinar o como bálsamo para la piel y el cabello. Hoy en día, cada vez son más los productos cosméticos que incorporan manteca de karité, debido a sus extraordinarias propiedades hidratantes y regenerativas. Sin embargo, a pesar de la creciente demanda que existe en Occidente, las mujeres recolectoras y productoras de manteca de karité de Benín viven en su mayoría en situación de extrema pobreza, sin acceso muchas veces, a recursos básicos como agua potable, educación y sanidad. Con el proyecto Nikarit queremos conectar la oferta de las cooperativas de mujeres de Nikki con la demanda de este producto tan cotizado en España de forma justa y sostenible.
Para ello:
Compramos manteca de karité a cooperativas de mujeres de Nikki, con las que estamos en contacto gracias a las Hermanas Terciarias Capuchinas. El precio de compra se estima junto con la Asotiation de Karité de Benín, para garantizar que sea un precio justo.